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Conocer másEs casi imposible no ver una montaña, pues cubren alrededor de una cuarta parte de la superficie terrestre, según la ONU, mientras que un volcán podría ser más difícil de encontrar si no se vive cerca de uno. Incluso, pudieras pensar que una montaña es solo eso y no un volcán, ¿entonces cómo diferenciarlos?
¿Qué es una montaña?
Una montaña es una elevación de la corteza terrestre. La mayoría se encuentran en agrupaciones y forman cordilleras, sierras, cadenas o canales montañosos. Una de las más conocidas es el Monte Everest, ubicado en la cordillera del Himalaya, (continente asiatico), con 8 mil 848 metros de altura sobre el nivel del mar.
¿Cómo se forma una montaña?
El proceso de creación de una montaña recibe el nombre de “orogénesis”, palabra que viene del griego y significa "montaña" (oros) y "creación" (génesis). Dicho proceso surge a partir de las deformaciones de las placas tectónicas, aunque suele ser muy diverso y tardar millones de años. Por ejemplo, cuando los esfuerzos tectónicos de compresión arrugan una placa tectónica con corteza continental está sufre un engrosamiento respecto a su estado inicial.
En la imagen del USGS se muestran algunos ejemplos de orogénesis, incluyendo actividad magmática. En el inciso A se muestra un volcán (tipo de montaña) creado por actividad magmática, el inciso B muestra el surgimiento de cordilleras por plegamientos de rocas (deformación dúctil), mientras que C y D son una combinación de procesos en las que se incluyen deformación frágil, sistemas de fallas, erosión, exhumación, levantamiento y hundimiento.
Más aún, podemos distinguir dos contribuciones importantes en los procesos de deformación de las placas tectónicas. El primero tiene que ver con las fuerzas extrínsecas, es decir, fuerzas de origen externo como lo son las fuerzas tectónicas que actúan desde relativas grandes escalas. La otra contribución son las fuerzas intrínsecas, es decir, fuerzas internas derivadas de la energía potencial gravitacional que mantiene el equilibrio isostático de una placa tectónica. Quizás, hablaremos de la isostasia en próximos hilos.
Las características de un volcán
Todos los volcanes, sin importar su tipo, están conectados a reservorios de roca fundida debajo de la superficie terrestre. Esto hace que los volcanes “se construyan así mismos” mediante la acumulación de sus productos eruptivos. Se habla de una erupción cuando el magma (roca parcialmente fundida en el interior de la Tierra), sale a la superficie en forma de lava, así como ceniza, flujos piroclásticos y otros productos volcánicos. Una montaña que no sea de origen volcánico nunca va a arrojar ningún tipo de material hacia la superficie.
¿Cómo diferenciar un volcán de otro tipo de montaña?
Hasta ahora sabemos que los volcanes son elevaciones formadas por la acumulación de materiales eruptivos, más que por plegamiento, levantamiento y erosión. Aunque un volcán puede lucir casi idéntico a una montaña, por lo menos de forma superficial, la diferencia más importante está en el interior de los mismos, pues un volcán (ya sea activo o extinto) tiene por dentro un sistema de almacenamiento magmático ó plutones, que son las raíces o núcleos de las estructuras volcánicas. Estos plutones están compuestos por múltiples masas de rocas ígneas de dimensiones irregulares, como batolitos, diques, sills, entre otras estructuras y en algunas ocasiones, cuando los volcanes extintos sufren procesos de exhumación y erosión, por varios millones de años, queda en exposición lo que fué parte de su antiguo reservorio magmático, el cual corresponde a un plutón. Tal es el caso del plutón de Shiprock en Nuevo México, considerado el cuello volcánico por el cual circulaba magma desde otro reservorio.
Los tipos de roca te serán de ayuda
En caso de que el cráter no sea claramente visible, una forma de identificar si una elevación es un volcán o no, es por el tipo de roca circundante, pues los volcanes producen rocas ígneas extrusivas o “volcánicas”, las cuales se caracterizan por formar cristales más pequeños, debido a un proceso de enfriamiento acelerado al entrar en contacto con la superficie terrestre, en contraste con las rocas intrusivas (plutónicas) que tuvieron un enfriamiento relativamente más más lento, dentro de la corteza terrestre y parte del manto subyacente.
Imagen: Clasificación de rocas ígneas a partir de su textura (tamaño de grano) y otras características.
En el caso de las montañas, el material rocoso acumulado será de origen sedimentario (resultado de la acción de los agentes atmosféricos sobre las rocas) y/o metamórfico (resultado de rocas ígneas o sedimentarias expuestas a grandes niveles de presión y temperatura), como es el caso del Monte Everest.
Distintos riesgos y peligros naturales
Diferenciar cada tipo de elevación es crucial, pues los volcanes representan un peligro natural cuyas erupciones pueden ser monitoreadas para minimizar el riesgo de desastre, mientras que las montañas en general implican riesgos por deslizamientos de tierra, erosión del suelo, inundaciones y sismos.