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Conocer máspor José Luis Rendón, Isaac Pérez y Sergio Sánchez, revisado por Josué Serrano y Roberto Camarena
En los últimos años, hemos hablado de un enjambre sísmico en Michoacán; sin embargo, vale la pena profundizar mucho más sobre qué es este fenómeno y qué implicaciones tiene, sobre todo si tomamos en cuenta que podrían ser los precursores al nacimiento de un volcán.
Tabla de contenidos
- ¿Qué es un enjambre sísmico?
- ¿Preceden el nacimiento de un volcán?
¿Qué es un enjambre sísmico?
En primera instancia podríamos definirlo como una serie de sismos constantes, con magnitudes similares en un determinado tiempo y espacio; sin embargo, esto pudiera confundirse con un escenario más común: las réplicas de un sismo.
Hay que diferenciar ambos fenómenos. En las réplicas, primero ocurre un sismo de mayor magnitud que es seguido por otros menores que pueden durar días, semanas e incluso años.
En los enjambres sísmicos, lo que contrasta sustancialmente de lo anterior es que no siempre existe un evento de ruptura principal y por el contrario, existen una serie de eventos relativamente similares entre sí todos ellos de baja energía.
Además, a diferencia del patrón usual (evento principal-réplica) los enjambres sísmicos presentan un ciclo de retroalimentación positiva y por lo tanto, estos pueden permanecer estables por grandes periodos de tiempo.
La definición de enjambre sísmico no es absoluta, pero podemos describirla como “muchos terremotos similares dentro de un área relativamente pequeña, que simplemente no se ajustan al patrón de una secuencia de terremoto principal-réplica”.
Las causas precedentes a los enjambres suelen ser diversas y responden a la naturaleza geológica de la región donde ocurren, pero el origen principal se atribuye al lento deslizamiento de una falla, que evoluciona y se mantiene activa produciendo este patrón sísmico en el proceso.
La actividad en esta falla puede ser el resultado del movimiento ascendente de gases magma y/o fluidos a través de grietas, conductos y planos de debilidad preexistentes en la corteza.
Por ejemplo, se sabe que el agua es un fluido que puede moverse fácilmente por pequeñas fracturas en la roca, alterando el campo de esfuerzos a su alrededor y aportando al ciclo de retroalimentación positiva que mantiene “vivo” al enjambre sísmico.
No obstante, existen diversos factores que aún no son del todo comprendidos, como las interacciones químicas de los fluidos con el medio donde ocurren estos temblores y que podrían ser variables importantes en los procesos sismogénicos de estos enjambres.
¿Preceden el nacimiento de un volcán?
Como te hemos contado en otros artículos, la presencia de sismicidad, en algunos casos, suele ser la actividad más precursora que indica nuevas intrusiones de magma en una región.
Sin embargo, existen otros indicadores que pueden ayudar a confirmar o descartar dicha reactivación volcánica.
Por ejemplo, la UNAM indica que algunos de estos factores podrían ser la deformación del suelo, cambios en la composición química de los sistemas acuíferos circundantes, emanación de gases volcánicos en algunos puntos específicos de la región, entre otros.
Cabe resaltar que ninguno de estos indicadores se ha presentado hasta el momento, o bien no hay datos públicos que así lo demuestren, en el Campo Volcánico de Michoacán-Guanajuato.
Frente a la ocurrencia de un enjambre sísmico, es esencial resaltar la importancia del monitoreo geofísico y geoquímico de forma continua, así como las valiosas aportaciones de la investigación científica. Los enjambres sísmicos demandan una atención especial y un análisis más profundo para comprender su naturaleza y potenciales implicaciones. Solo a través de un estudio más exhaustivo se puede garantizar una adecuada preparación y prevención ante posibles desastres.